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NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO
La venerada imagen de Jesús Nazareno es obra de talla completa, de 1´45 m. de altura y parece tallada en madera de cedro. Se talló poco después de la fundación del convento de los Descalzos a instancias de los religiosos junto con un grupo de vecinos del convento. Se pagó con las limosnas que se recogieron al efecto.
Por el momento la imagen de Nuestro Padre Jesús es obra de un escultor anónimo de finales del siglo XVI. La opinión general de los estudiosos es que se hizo en Jaén, por lo que centrando la cuestión en los talleres activos en la ciudad en los años finales del siglo XVI, había dos más señalados el de Salvador de Cuellar y Sebastián de Solís.
Ambos eran considerados excelentes escultores, el primero trabajó para la iglesia de San Andrés, y suyo es el Cristo de la Salud que se venera en el Convento de la Merced, mientras Sebastián de Solís trabajó para la Catedral, y las iglesias de San Andrés, San Ildefonso y San Bartolomé entre otras, destacando como imaginero las tallas de la Congregación del Santo Sepulcro.
Del estudio de la imagen de Nuestro Padre Jesús con las obras de estos autores se advierten semejanzas con la obra conocida de Sebastián de Solís, de ahí que haya fundadas razones para adjudicarla a este taller.
Además consta documentalmente que Sebastián de Solís fue el autor de la imagen de Jesús Nazareno labrada para el convento y cofradía de Mancha Real en 1598, cofradía que se fundó a imitación de la de Jaén. Pero la falta de testimonios documentales, hace considerar que lo más objetivo es seguir catalogando la imagen como talla anónima de finales del XVI.
Los continuos trasiegos a que se sometió la imagen, tanto con motivo de cultos y procesiones habituales, como una reiterada participación en rogativas públicas, a lo largo de la historia han ocasionado bastantes desperfectos que han hecho que sean precisas intervenciones restauradoras.
Aunque documentalmente constan pocas, entre las esenciales de las que hay constancia son, la realizada en el año 1902 en la que tras varias vicisitudes, encuentros y desencuentros gracias a la intervención del obispo don Salvador Castellote Pizano, presentó a la Junta de la Cofradía a D. José Bodria, persona experta en esta materia, la cual tras examinar la imagen en una habitación de convento de la Merced, indicó se hacía necesaria una intervención en rostro, manos y pies, ofreciéndose hacer el trabajo sin cobrar honorarios, sólo los gastos de estancia. Accediéndose a la propuesta se instaló en la celda número 13 del convento donde trabajó hasta el 24 de marzo que entregó la imagen restaurada.
Todos quedaron muy satisfechos con el trabajo de restauración realizado y una vez vestida la imagen estuvo expuesta al público durante tres días. Aprobándose en Junta de Gobierno pagar la estancia del Sr Bodria, y obsequiarle con una gratificación de 1000 pesetas, así como el título de Cofrade de Honor.
Después de las vicisitudes por las que pasó la imagen en 1936 primero en el convento de la Merced y luego en las dependencias de los almacenes de patrimonio Artístico, la imagen sufrió algunos deterioros sobre todo en las manos.
Por ello una vez finalizada la guerra, y recuperada la imagen, en agosto de 1939 la Imagen fue nueva restaurada. En una habitación de la Catedral, D Ramón Mateu Montesinos, y D Luis Espinar Barranco procedieron a recomponer los daños sufridos en los años de la guerra civil, reparando en esta interveción las manos y la policromía.
Lo precario de aquella restauración hizo que con el paso de los años se advirtiera la necesidad de realizar una nueva revisión de la imagen, así en 1978 en la sala de juntas de la Catedral el escultor D Constantino Unguetti Alamo procedió a revisar minuciosamente la talla, emitiendo un informe en el que aconsejaba se procediera a restaurar los desperfectos advertidos para evitar su aumento. Así aprobado el informe el 17 de septiembre de 1979 en la una sala de la Catedral acondicionada al efecto Unguetti dio comienzo con dichos trabajos, finalizando los mismos el 24 de septiembre de ese mismo año.
Con el deseo de hacer a la imagen una restauración científica, no sólo de asegurarse su conservación si no que permitiera localizar algún indico de su autoría, en 1990 se iniciaron las gestiones con el Ministerio de Cultura solicitándose que la imagen fuera objeto de un amplio programa de restauración. Estas gestiones fructificaron y en 1992 técnicos del instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte visitaron Jaén y dictaminaron la necesidad de realizar dicha restauración. Así con la preceptiva autoridad eclesiática la imagen en junio de 1992 fue trasladada a Madrid. Allí los técnicos D Raimundo Cruz Solís, Cristóbal López Romero e Isabel Pozas Villacañas llevaron a cabo la restauración. Habían transcurrido 7 meses desde que la venerada Imagen había salido de Jaén cuando el 26 de enero de 1993 regresó a Jaén.
La imagen de Nuestro Padre Jesús junto con el resto de las imágenes de la cofradía, han vivido a lo largo de la historia un continuo peregrinar por distintas iglesias y conventos de nuestra ciudad.
Desde la fundación de la cofradía permanecieron en el convento de San José, hasta 1835 que con la desamortización de Mendízábal tuvo que marcha, trasladándose en 1836 al Sagrario de la S.I. Catedral, allí permaneció hasta 1846 año que la cofradía con sus imágenes se trasladaron a la Iglesia de la Merced donde permaneció hasta 1936.
En este año debido a la guerra civil la Imagen de Nuestro Padre Jesús fue escondida en el convento de las Bernadas, donde permaneció hasta 1940, año en el que la cofradía y sus Imágenes volvía a la Iglesia de la Merced, en la que estarían hasta 1953. En este año vuelven las Imágenes y la Cofradía a la Iglesia de El Sagrario de la S.I. Catedral para permanecer en la misma hasta 1961, año de que nuevo vuelve a la Iglesia de la Merced.
Ya en 1970 las Imágenes son trasladadas a la Santa Iglesia Catedral de Jáen donde permanecieron en la capilla de San Fernando hasta el 27 de noviembre de 2009, año en que la cofradía y las Imágenes volvían al convento de San José, hoy también Santuario.
EL CIRINEO